En nuestras gestiones públicas, todo se hizo bajo la máxima que ha caracterizado nuestros mandatos: planear para no improvisar y guiados por los catorce principios de la gestión pública, unos axiomas éticos que creamos y que sustentan la participación corresponsable de la sociedad en el objetivo de transformación social.
Estos axiomas también estarán presentes en nuestra gestión pública si ganamos en las elecciones de 2022 y asumimos la presidencia de la república.
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- Los dineros públicos son sagrados.
- La gestión de lo público es transparente. La Administración rinde cuentas de todo lo que hace , con quién lo hace, cuándo lo hace, cómo lo hace y con cuánto lo hace.
- No aceptamos transacciones de poder político por intereses burocráticos o económicos.
- No utilizamos el poder del Estado para comprar conciencias y acallar opiniones diferentes a las nuestras.
- El ejemplo de las autoridades es la principal herramienta pedagógica de transformación cívica.
- Planeación sin improvisación.
- Eficiencia, economía y eficacia en los programas y proyectos.
- Las relaciones con la comunidad son abiertas y claras, y se desarrollan a través de los espacios de participación ciudadana.
- El interés público prevalece sobre los intereses particulares.
- Las personas que trabajan en la Administración Municipal son honestas, capaces y comprometidas con el proyecto de ciudad.
- El desarrollo de la ciudad es un compromiso entre la administración local y toda la ciudadanía.
- La solidaridad y la cooperación son la base de las relaciones de la ciudad con la región, el departamento, la nación y la comunidad internacional.
- La confianza entre las personas que dirigen la administración es esencial para garantizar la legitimidad del Estado.
- La vida es un valor máximo y no hay una sola idea ni propósito que ameriten el uso de la violencia para alcanzarlos.